A diferencia de otros tipos de pieles, como el zorro o el visón, la piel de oveja es un subproducto de la industria cárnica y no requiere que los animales sean sacrificados únicamente por su piel.
Esto hace que la piel de oveja sea una opción sostenible y ética para aquellos que desean disfrutar de la calidez y la comodidad de la piel sin contribuir al daño de los animales.